Como últimamente tenía abandonado este blog por infinitas razones, una de ellas la de leer y comentar los trabajos de otros, he decidido trasvasar algunos de esos comentarios, aunque tenga que añadir una pequeña aclaración —como lo estoy haciendo en este caso— y, de ser necesario, corregir algún pequeño error, sin desvirtuar el contenido del comentario.
Respuesta a la simpatiquísima historia de Francisco A. Vidal Blanco, publicada en Café Barbantia el 9 de febrero de 2017.
Y es que no hay idioma más idóneo que el gallego para expresar sentimientos. Pero con el giro que ha tomado en los últimos años, excede a mis conocimientos. Sigue leyendo