Ayer estuve en el rastrillo de Sanchinarro. Lucía un sol de justicia y no me quedó más remedio que comprar en un Chino un sombrero de ala ancha.
Después de dar un largo paseo para ver todos los puestos, me situé en el de Logopedia Sanchinarro -el más concurrido- entreteniéndome el bullicio de los chavales confeccionando sus propios amuletos, con la ayuda de Paula e Icíar que desbordaban simpatía y buen hacer a mares.
Al observar la alegría y entretenimiento de los niños con un hecho tan simple como rellenar un frasquito y colgarlo de un cordón, me trajo el recuerdo de mi niñez, cuando confeccionábamos nuestras muñecas con un trozo de sábana vieja, el retal sobrante de algún vestido, un ovillo de lana… Todavía conservo alguna…
Con estas humildes líneas quiero felicitar a Bla Bla Logopedia Sanchinarro por su labor educativa –que, en ocasiones, también puede transformarse en juego- y darle las gracias por los momentos mágicos que me hicieron pasar.
Estoy leyendo tus despistes , mas bien releyendolos y me estoy riendo a más no poder. Continúa escribiendo para hacer felices a los que te leemos.😄😉😂
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Por infinidad de acontecimientos de toda índole, me he quedado un poco atascada en esto de la escritura. A ver si logro coger de nuevo carrerilla. Temas no me faltan.
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